lunes, 27 de enero de 2014

¿Qué pasó con nuestra sociedad? Cuándo perdió su belleza

Acaba de suceder un hecho inusitado en Chancay y me provoca cierta reflexión, la Policía Nacional del Perú ha incautado un camión con más de 120 kilos de clorhidrato de cocaína. Algo así no se ve hace varios años en esta apacible ciudad.

Más tarde de esa cobertura me fui a la Playa Chorrillos y pude apreciar el “sunset”, poca gente ya en la arena, niños jugando, el serenazgo transitando por ahí y me salta la pregunta, qué pasó en Chancay, cuándo una ciudad tan tranquila pierde su belleza, sobre todo si me tocó ver a un drogadicto en la avenida Primero de Mayo, como parte de la miseria humana que también tiene esta ciudad.

Ahora la pregunta cambia, qué pasó con nuestra sociedad, cuándo perdió su belleza, por qué nos conformamos con generar dinero a través de la droga, elaboración, comercialización, consumo y degradación humana, tanto para el que se hace millonario con todo eso y para quien termina siendo el último eslabón: el adolescente que ingresa dicho mundo con la convicción que eso le hará más hombre, más poderoso, con padres en el extranjero que sólo envían dinero para la futura casa de cinco pisos, pero que ni saben dónde pasan la tarde sus hijos o hijas; padres que abandonan a la esposa y por ende a los hijos y ni siquiera se acuerdan que los tuvieron para protegerlos hasta que alcance la adultez y madurez necesarias que les permitan subsistir en esta vida, que cada día trae más complicaciones que cosas gratas.

Dónde queda eso que nos enseñaron en el colegio “la familia es la célula básica de la sociedad”. ¿La familia? Desintegrada, ah no ahora se llaman disfuncionales. ¿Básica? Lo básico se relaciona ahora con tener lo del día, para comer, ¿sociedad? Ahora también se le llama indiferencia.

Esta sociedad se está pudriendo, es un hoyo que va jalando adolescentes, jóvenes y adultos a la droga, que mal, ¿dónde está la solución, cuál es nuestro aporte para cambiar esto?

Pienso que todo comienza en la niñez, si no tenemos niños criados con padre y madre juntos, con estimulación temprana, con vacaciones útiles, con necesidades básicas satisfechas, con buena educación, dedicación, poco o nada esperemos de ellos de aquí a diez años. Esta sociedad podrida los absorberá sin remordimiento.

Publicado en la edición 59 del Periódico Líder de Chancay.